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Folleto Informativo Transgénicos

2ª Parte

Click en la imagen para bajar Folleto Informativo Transgénicos PDF.

Los organismos genéticamente manipulados (OGM) son organismos nuevos creados en laboratorio, cuyas características se han alterado mediante la inserción de genes de otros reinos (ej., del reino animal al vegetal). Por eso se les llama transgénicos. Por ejemplo, se incorporan genes de bacterias en el maíz para que actúen como insecticidas contra ciertas plagas. Estas alteraciones, que no ocurren por sí solas en la naturaleza, rompen las barreras naturales entre reinos y provocan diversos daños en la salud humana y en los ecosistemas. Existe también manipulación genética sin transgénesis, como es el caso del tomate híbrido, conocido como de “larga vida”.

 ¿En qué países hay cultivos transgénicos (CT) y cuántas hectáreas se han sembrado?

El cultivo comercial de transgénicos comenzó en EE.UU. en 1996. Los principales cultivos corresponden a soya, maíz, algodón y raps (canola o colza). En 2009, el área global sembrada con CT llegó a 134 millones de hectáreas, experimentando un aumento de 7% respecto del 2008. Hay CT en 25 países y otros 32 autorizaron la importación de CT para alimentos o forrajes. A nivel global los CT se concentran sólo en ocho países, la mayoría del Tercer Mundo: Estados Unidos (64,0 millones de hectáreas (ha), Brasil (21,4 millones), Argentina (21,3 millones), India (8,4 millones), Canadá (8,2 millones), China (3,7 millones), Paraguay (2,2 millones) y Sudáfrica (2,1 millones). (Fuente: ISAAA, 2009).

 ¿Qué características poseen los CT?

Los primeros CT presentaban dos características predominantes:

1. Tolerancia a herbicidas. Inicialmente los cultivos CT eran “RR”, es decir, con tolerancia al herbicida “Roundup Ready” (glifosato más surfactante), producido por la transnacional Monsanto. 2. Acción insecticida mediante una toxina (Bacillus thuringiensis, Bt). También hay CT que poseen ambas características. En los últimos años se han desarrollado otros transgénicos con más características, denominados multi eventos. Uno de ellos es el maíz SmartStax (de Monsanto/ Dow), resistente simultáneamente a insectos y malezas. En una sola semilla se apilan 8 genes codificados para un total de tres características, dos de ellas para resistencia a plagas (una para insectos del suelo y otra para plagas bajo suelo). La resistencia a plagas está dada por el Vt Pro, de Monsanto, y el transgen Herculex I, que es la co-expresión de dos proteínas binarias (Cry34Ab1 y Cry35Ab1) provenientes de una nueva cepa de Bacillus thuringiensis (Bt) elaborada por las agroquímicas Dow y Pioneer. Asimismo, el SmartStax es resistente al herbicida Roundup 2 (glifosato) e incorpora la característica denominada Liberty Link que confiere a este maíz tolerancia al herbicida Ignite (glufosinato de amonio), orientado al control de las malezas que ya han creado resistencia al glifosato.

 ¿Quién produce los CT y cuál es el objetivo?

Los CT son producidos por las transnacionales de la agrobiotecnología, que controlan también el mercado de agroquímicos: Monsanto, Dow Agroscience, Syngenta, Bayer, Pioneer (Dupont). En el país se agrupan en Bio Chile. Monsanto produce el 91% de las semillas transgénicas sembradas en el mundo. Su objetivo es aumentar sus ingresos por las ventas de insumos agroquímicos y semillas transgénicas, más caras por estar registradas con una patente. Al controlar ese mercado, busca dominar el sistema agroalimentario mundial.

 ¿Cuál es la situación en Chile?

En 2009/2010 los CT de exportación cubren 24.768,83 hectáreas. El maíz es el principal cultivo (17.389,04 ha), seguido por la soya (5.473,62 ha) y el raps o canola (1.862,12 ha). Los otros cultivos son cartamo, cebada, remolacha, tomate, zapallo, vid y alfalfa (este último en 2008). El raps o canola se concentra en las regiones de la zona sur: Araucanía (1.217,64 ha), Biobío (443,80 ha) y Los Ríos (1,01 ha), y toda la remolacha está en Biobío (0,02 ha). Las regiones con mayores cultivos transgénicos son Maule (9.656,97 ha), OHiggins (8.333,84 ha), Metropolitana (3.748,20 ha) y Biobío (1076,34 ha). (Fuente: ISAAA 2009). La región de Arica y Parinacota sube de 9,45 ha en la temporada 2007/08 a 56,67 ha en la temporada 2009/010, lo que representa un 599,7% de aumento. Durante la temporada 2008/09 las semillas transgénicas ocuparon el 50% de la superficie certificada para exportación: el 62% del área de maíz certificado, el 90% del raps y el 100% de la soya correspondieron a variedades modificadas genéticamente (ODEPA). A octubre de 2010 estos cultivos no están autorizados para el mercado interno. A solicitud de la Alianza por una Mejor Calidad de Vida (RAP-Chile), el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), encargado de las autorizaciones y la fiscalización, fue conminado por el Consejo para la Transparencia, en junio de 2010, a dar a conocer la ubicación exacta de los semilleros rompiendo décadas de secreto sobre esta información. La Corte de Apelaciones de Santiago debe fallar un reclamo de ilegalidad presentado por Monsanto Chile en julio de 2010, contra esta decisión del Consejo para la Transparencia.

¿Cuál es la estrategia de introducción de los CT al mercado interno?

El parlamento está tramitando dos proyectos de ley diferentes, con fines similares: la legalización de los CT para el mercado interno a través de la Moción de Bioseguridad sobre Vegetales Genéticamente Modificados, boletín Nº 4690-01 (ley de transgénicos), y el proyecto sobre Derechos de Obtentores Vegetales, boletín Nº 6355-01 (o ley de patente de la semilla nativa).

¿Cuáles son los puntos críticos de la ley de transgénicos?

El proyecto dice promover la bioseguridad, pero Chile no se ha adherido al Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología, y tampoco ha impulsado a nivel nacional una Ley de Protección de la Biodiversidad que asegure la conservación y resguardo de la semilla nativa y del patrimonio genético, que son pasos previos y fundamentales para el resguardo de esos bienes.

El concepto de equivalencia sustancial, otra de las bases de este proyecto, sostiene que los alimentos transgénicos no se diferencian de los convencionales. Este concepto fue inventado por las corporaciones de la biotecnología para suprimir las evaluaciones de riesgo y así poder comercializar sus productos sin demoras ni etiquetado, lo cual es una amenaza para la salud de los consumidores. Estados Unidos, en una decisión política que desconoció informes técnicos, adoptó la equivalencia sustancial al autorizar el primer evento transgénico. Pero hoy es una noción ampliamente cuestionada.

El gobierno debiera proteger a la población de daños y de riesgos, según el principio de precaución. Con su apoyo a la introducción de los transgénicos está desconociendo una tendencia mundial. Al año 2009, siete países de la Unión Europea, donde existen fuertes controles del Estado, no autorizaban los CT: Alemania, Francia, Austria, Grecia, Hungría, Luxemburgo e Italia. Tanto los alimentos como el forraje que contengan más de un 0,9% de transgénicos deben ser etiquetados. Por el contrario, no existen mayores restricciones, ni etiquetado en Estados Unidos, Argentina, Brasil ni Paraguay, donde los CT proliferan.

¿Quiénes se benefician y a quiénes  afecta el proyecto de ley sobre Derechos de Obtentores Vegetales?

Los obtentores vegetales y beneficiarios del proyecto son principalmente las transnacionales Monsanto, Syngenta y Pioneer. Podrán registrar por 25 años las semillas híbridas y transgénicas de árboles y vides, y por 20 años las demás especies. Ello se hará a partir de nuestras plantas nativas, privatizando de hecho la semilla. El proyecto aumenta sus derechos actuales de obtentores, incentivando así la extensión de los cultivos transgénicos.

Eso también aumentará los riesgos de contaminación de los cultivos convencionales y orgánicos, lo que afectará la agroexportación chilena que en 2008 llegó a 6.780,3 millones de dólares (ODEPA). De esa cifra global, la participación de las exportaciones de semillas representaba sólo el 3,3%, con un monto cercano a los 200 millones de dólares (ODEPA). El monto exportado corresponde en su mayor parte a semilla transgénica de maíz, seguido por semilla de soya y canola.

La producción y el precio de los alimentos dependerán de quienes controlan el mercado de la semilla. El intercambio libre de semillas que realizan productores campesinos e indígenas, en especial las mujeres -guardadoras de la semilla- será penalizado.

Las transnacionales se adueñarán del patrimonio genético de nuestro país y podrán demandar a los productores que usen semilla transgénica resultante de una involuntaria contaminación, como ha ocurrido en otros países.

¿Qué dice la nueva institucionalidad ambiental sobre los transgénicos?

La nueva institucionalidad ambiental (Ley Nº 20.417), que entraría en vigencia en el último trimestre de 2010, reglamenta la introducción de los transgénicos por la vía de su ingreso al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. En ciertos casos permite su introducción bajo el pretexto de considerarlos de bajo impacto ambiental, eximiéndolos de ingresar al sistema a través de un reglamento. Así está avalando la introducción de los CT, sin que la ley de transgénicos (Moción Bioseguridad) haya sido discutida y aprobada en el Congreso. Por otro lado, la nueva institucionalidad ambiental no se hace cargo de riesgos importantes para la salud y el ambiente, ignorando los resultados de las investigaciones científicas y las denuncias públicas de contaminación de cultivos.

Distribulle el Folleto Informativo Transgénicos entre tus amistades.

Fuente: http://www.rap-chile.com/

 
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Publicado por en 19 marzo, 2011 en Alimentos transgenicos

 

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Glifosato=Roundup

En esta ocasión escribiré del herbicida mas utilizado por los cultivos transgénicos que promueve Monsanto denominado Roundup y sus efectos letales al medioambiente, su componente principal es el Glifosato.

Actualmente el glifosato es uno de los productos más utilizados en el mundo, muchos alimentos transgénicos se han desarrollado para que sean resistentes a la acción del glifosato, de este modo, el producto se aplica en los cultivos eliminando las malas hierbas y sin provocar daños en los cultivos, de ahí que esté tan asociado con los alimentos modificados genéticamente que se cultivan.

El glifosato actúa de una manera muy peculiar, interfiere en el metabolismo de la planta acabando con ella en pocos días, los problemas comienzan aquí. El glifosato no desaparece tan fácilmente, permanece en el terreno cultivable durante un buen tiempo, la acción de los agentes medioambientales, como puede ser la lluvia, arrastra el producto químico a otros lugares pudiendo acabar con todo ser vivo con el que se tope, no sólo mata plantas, también insectos y puede convertir una zona llena de vida en un terreno yermo.

Las semillas de la muerte.

La soja=soya es el cultivo estrella de Monsanto, como también el maíz y el algodón, todos modificados genéticamente, monsanto modifico la genética de la soja para que sobreviva al glifosato y por lo tanto al fumigar los cultivos con el herbicida Roundup solo afecte a las hiervas nativas del lugar, pero estudios han revelado que este veneno no solo mata la flora nativa si no igualmente la fauna y microorganismos reinantes en el lugar, en otras palabras este organismo mutante (soja) es el único organismo vivo que tiene inmunidad al veneno de Monsanto.

En Argentina se han dado muchos casos de malformaciones por consecuencia del glifosato, el Medico Pediatra jubilado Rodolfo Páramo de nuestro país vecino, ha luchado por décadas en contra del glifosato.  Junto a integrantes de diversos grupos de vecinos que intentan frenar las fumigaciones en sus pueblos, Páramo recorre el país dando charlas y conferencias o participando en encuentros sobre el tema. A mediados de marzo se dio a conocer un fallo dictado en diciembre por la Justicia de Santa Fe que prohíbe las fumigaciones con glifosato a menos de 800 metros de viviendas familiares.

Allá por los años 1994 y 1995, comenzamos a ver nacimientos con malformaciones, sobre todo del neuroeje, desde el cerebro hasta la columna vertebral. A nivel cerebral, anencefalia, es decir, falta de cerebro.Y a nivel de la columna vertebral, falta de cerramiento en algunos lugares, principalmente a nivel cervical y lumbo-sacro, quedando la médula expuesta al exterior. Cuenta este Pediatra en una entrevista realizada en el marco de la Primera Reunión Internacional sobre la problemática del Glifosato en Argentina.

Esta es una breve introducción al producto estrella de la transnacional Monsanto denominado Roundup=Glifosato.

En este enlace encontraras la entrevista al Medico Pediatra Argentino Rodolfo Páramo

 

 

 
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Publicado por en 6 marzo, 2011 en Alimentos transgenicos

 

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Transgenicos en Chile

Congreso chileno tramita privatizacion de cemillas y liberacion de transgenicos.

En un ambiente de secretismo, el Senado de Chile se prepara para aprobar un proyecto de ley denominado “Derechos de Obtentores Vegetales” (boletín Nº6355-01) que implicará, según organizaciones ambientalistas y de productores-consumidores orgánicos, la contaminación genética de especies vegetales; pondrá en peligro la semilla nativa, colocará en riesgo la agricultura orgánica y la competitividad de las exportaciones de este sector; aumentará dramáticamente la dependencia de los agricultores a las transnacionales agroquímicas y elevará el precio de los alimentos.

Organizaciones de agricultores, sociales, ambientales y de consumidores se declaran en estado de alerta y movilización, porque mientras se legisla para mitigar los efectos del terremoto, el Gobierno está dando pasos para cumplir uno de los compromisos electorales del  Presidente Piñera: la liberación de los transgénicos al mercado.

Avanza por vías paralelas, con proyectos que se tramitan en el Senado y a través de la nueva institucionalidad ambiental que ahora contempla incorporar los transgénicos al sistema de evaluación de impacto ambiental.

LA ESTRATEGIA OFICIAL

El Senado se prepara para aprobar a espaldas de la ciudadanía un proyecto de ley denominado “Derechos de Obtentores Vegetales” (boletín Nº6355-01) que implicará la contaminación genética de especies vegetales, pondrá en peligro la semilla nativa, pondrá en riesgo la agricultura orgánica y la competitividad de las exportaciones de este sector, aumentará dramáticamente la dependencia de los agricultores a las transnacionales agroquímicas, y elevará el precio de los alimentos.

Paralelamente, el ministro de Agricultura, José Antonio Galilea anunció que en junio y julio se presentarían las indicaciones al proyecto “Bioseguridad de Vegetales Genéticamente Modificados” (Boletín 4690-01)  cuya tramitación se encontraba detenida en el Senado desde 2008, orientado a la liberación de los transgénicos.

Y al mismo tiempo, el gobierno y el SAG se disponen a elaborar un reglamento de la nueva Ley de Medio Ambiente (Ley 20.417) negociada por la  Concertación con la derecha actualmente en el gobierno, que asegura la liberación al mercado de los transgénicos, por la vía de declararlos libres de impacto ambiental o ingresarlos al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA). La experiencia de la ciudadanía respecto de la institucionalidad ambiental y la participación en los procesos de EIA indica claramente que así las transnacionales lograrán la liberación de los transgénicos.

NUEVO COLONIALISMO

La urgencia por liberar sus semillas transgénicas al ambiente, tanto aquí como en  América  Latina se debe a que Europa ha cerrado las puertas a los cultivos transgénicos,  aplicando políticas protectoras de la salud y el ambiente. El intento de liberar los cultivos transgénicos en Chile vía diversas “regulaciones”  responde a los intereses y presiones de las corporaciones agrobiotecnológicas que no pueden utilizar el territorio de Europa para sus fines e inician así una nueva forma de colonialismo.

Los cultivos transgénicos son dañinos para la flora y fauna, el suelo y la salud humana. Hasta ahora ninguna empresa biotecnológica ha presentado estudios que comprueben la inocuidad de los transgénicos en la salud humana y animal. Por el contrario, cada vez se suman más estudios que demuestran  que son una gran amenaza para la salud y el ambiente, lo que genera gran incertidumbre y medidas precautorias en todo el mundo. Pero las autoridades no atienden esas razones ni están interesadas en resguardar los cultivos orgánicos y tradicionales de los productores, no obstante su reconocida calidad a nivel internacional.

LA AMENAZA INMEDIATA

El proyecto de ley sobre “Derechos de Obtentores Vegetales” que tras su nombre oculta la privatización de la semilla nativa,  cumple en demasía las nefastas condiciones impuestas por el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Esta iniciativa es un requisito previo para la firma de un convenio internacional llamado UPOV 91 sobre propiedad intelectual de plantas. Abre las puertas a la expropiación y a la privatización de la biodiversidad agrícola y silvestre de Chile al posibilitar que haya  derechos de propiedad intelectual sobre todas las especies vegetales, que podrán ser registradas por las compañías transnacionales por más de 25 años en el caso de árboles y vides, por ejemplo.

Este proyecto ya fue aprobado en la cámara baja  el pasado 9 de enero, justo un día antes que asumieran los nuevos integrantes de la Cámara de Diputados. Las prevenciones de agricultores orgánicos, organizaciones campesinas, sociales y ambientalistas ante la  Comisión de Agricultura fueron desechadas por los parlamentarios. Ellos empeoraron aún más el proyecto al extender también a 25 años los derechos de “protección” para árboles y vides ya inscritos de acuerdo a la ley anterior (Nº 19.342), que hasta ahora sólo eran válidos por siete años.

El registro que se abrirá con la nueva ley incluirá tanto las variedades nativas como las híbridas y transgénicas obtenidas a través de la biotecnología, resguardando los intereses  de las empresas transnacionales exportadoras de semillas, entre ellas Monsanto y Syngenta junto a sus socios locales.

Abusando de este tipo de leyes, Monsanto hoy está pidiendo en Estados Unidos patentar la carne de cerdo criado con alimento transgénico, como si la carne fuera un descubrimiento de su propiedad. Al asegurar en Chile esos derechos, se expandirá aun más el negocio de los transgénicos,  hoy todavía limitado a la exportación de semillas. Eso afectará los cultivos orgánicos puesto que es imposible la coexistencia entre cultivos orgánicos y siembras de transgénicos.

La contaminación de los cultivos tradicionales  a través de  la polinización o por el transporte o los residuos es un grave problema que afecta a toda la comunidad nacional e internacional: cada año se presentan nuevos casos de contaminación genética por transgénicos. En el  2007 se presentaron 39 nuevos casos de contaminación en 23 países. Hasta ahora en Chile no hay ninguna regulación que obligue a la industria biotecnológica a informar los daños y las pérdidas financieras que causan los transgénicos.

La aprobación de esta ley despojaría a los campesinos de su derecho a disponer libremente de su cosecha. Los cultivos de los agricultores orgánicos podrán contaminarse con transgénicos, y el precio de los alimentos subirá impactando finalmente a todos los consumidores. También habrá impactos negativos en la salud y el ambiente, ya que los cultivos transgénicos están asociados a un aumento en el uso de plaguicidas y a efectos en la salud de las personas y daños a la biodiversidad.

TRANSPARENCIA CERO

La expansión de los cultivos transgénicos para exportación, autorizados por el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, ha estado caracterizada por el secretismo y la falta de protección, ya que esta entidad se niega históricamente a dar a conocer los sitios exactos de localización de los cultivos y el Consejo para la Transparencia lleva un año sin responder el recurso de amparo planteado por RAP-AL contra el SAG por este tema.

El gobierno actual no ha entregado información sobre la  temporada 2009/2010. De acuerdo a datos oficiales proporcionados  para 2008/2009, los cultivos  de semillas transgénicas para exportación alcanzaron  un total de 30.447,04 hectáreas de maíz, soya, y canola (raps) que son los  más extendidos, seguidos por cartamo, remolacha, vid, cebada, tomate, zapallo y alfalfa, en este orden.

Respecto de la temporada anterior (2007), el crecimiento fue de un 24,5%, totalizándose 5.982,9 hectáreas más de este tipo de cultivos, donde el maíz ocupa el primer lugar.

La región del Maule, con 15.049 hectáreas encabeza el ranking, seguida por la región de O’Higgins –donde ya se copó la superficie de siembra – con 7.888,89-  y la  Metropolitana, con 2.949,11 hectáreas. En regiones como Arica y Parinacota, y  Coquimbo, que no tenían antes cultivos transgénicos, en la temporada informada por SAG  se sembraron 52,91 y  156,20 hectáreas respectivamente. En  la sureña región de Los Ríos también irrumpieron los transgénicos ocupando 758 hectáreas, mientras en la Araucanía la cifra se eleva ahora a 2.192 hectáreas.

Fuente: El Ciudadano

Infórmate de todo en este Documental El mundo sugún Monsanto, donde revelan la verdadera intención de esta transnacional del terror.

 
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Publicado por en 4 marzo, 2011 en Alimentos transgenicos

 

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